Arquitectos
Mogas Arquitectes: Marc Mogas Bartomeu
Fotografías
José Hevia
Fin de obra
2020
Fabricante
La casa, situada en una ladera de pinos de notable pendiente, se coloca cuidadosamente en la parcela bajo dos premisas fundamentales: contención económica y minimizar su impacto ambiental en el lugar. Tanto la preocupación por reducir la excavación del suelo rocoso, así como la intención de cortar el menor número de árboles posible, determinaron la forma final del volumen, estrecho y alargado, siguiendo las líneas de nivel del terreno.
La vivienda se desarrolla en dos plantas orientadas a sur que conforman una figura arquitectónica de carácter dominante en el paisaje, con la vegetación autóctona como telón de fondo.
La planta baja se extiende hacia el exterior con grandes terrazas, balcones y voladizos que desdibujan el límite entre interior y exterior, evocando la vida al aire libre y ensalzando la expresión arquitectónica de la casa. En esta planta se sitúa una sala de estar diáfana, la cocina y dos dormitorios con vistas a la piscina y al jardín. El primer piso alberga un estudio y una pequeña terraza con el paisaje de fondo.
Nuestra intención de crear un objeto arquitectónico que se integrase en el paisaje pero que a su vez resaltara sobre él, nos condujo hasta una reducida paleta de materiales que, aplicados sobre planos abstractos, fueran más allá de una estética decorativa y convencional.
Las superficies continuas acabadas con texturas tradicionales de ladrillo, hormigón y roble, alargan las perspectivas conectando los espacios domésticos.
La estructura de muros de carga y la sobria materialidad, además de responder a la premisa del control presupuestario, aportan una estética basada en la sinceridad y el orden constructivo.
El impacto ambiental y la eficiencia energética fueron factores clave de diseño. En ese sentido, se proyectaron soluciones como aleros de gran profundidad, gruesos paneles aislantes en cubierta para proteger el interior de la radiación solar o ventanas de doble acristalamiento de configuración diferente en función de la orientación y de las necesidades climáticas y luminosas de los espacios interiores.
El jardín se concibe como un fragmento humanizado de la naturaleza. El sistema de drenaje de cubierta permite acumular el agua de lluvia en un depósito para regarlo durante el verano seco y caluroso. Muros de escollera y largos escalones de madera conectan la terraza y el balcón con la zona de la piscina. Un patio sin cerrar, con una ducha al exterior, revela que la vida al aire libre siempre está disponible.