El edificio de viviendas Tasso está situado en el centro de Lisboa, frente a un edificio administrativo de vidrio de 12 plantas que limita sus vistas.

Con el objetivo de mejorar la transición entre lo público y lo privado, y en una reacción positiva al duro entorno urbano, la fachada principal coge espesor para crear un umbral entre la calle y los 8 apartamentos. Las ventanas de librillo pueden plegarse y recogerse dentro de los huecos, que participan de la actividad de los apartamentos y modelan su experiencia sensorial.

Los baños y las cocinas se sitúan en el centro de los apartamentos, permitiendo una circulación perimetral continua en torno a ellos. Esta organización favorece que las estancias puedan ser utilizadas y percibidas de punta a punta.

Los ladrillos caravista rojos, se utilizan del revés con la intención de crear una fachada principal rugosa y distinguirla de los edificios adyacentes. La transición entre los espacios urbanos y los individuales se acentúa mediante el uso de ladrillos esmaltados blancos en las jambas y dinteles de las aberturas, y a través de la disposición de piezas cerámicas blancas en los suelos del portal de acceso y de las viviendas.