Maragall 310 es un conjunto de trece viviendas de carácter social situado en la periferia de Barcelona.

El ensanche obrero de Nou Barris está conformado principalmente por edificios de fábrica de ladrillo vista y refleja una gran multitud de geometrías y formas. Entre ellas predomina la formación de cuerpos volados, en su gran mayoría volúmenes cerrados, generando un juego volumétrico de llenos y vacíos que conforman un skyline sesgado y heterogéneo. El proyecto toma como punto de partida la integración con la identidad arquitectónica del barrio, así como su reinterpretación formal.

La fachada porticada del edificio absorbe estas realidades creando un volumen único que se quiebra al entregar con las fincas vecinas.  En su interior una piel de obra vista extiende el lenguaje material del entorno y se desliga de la estructura para generar una galería que ofrece un espacio de transición entre interior y exterior. Este espacio discurre en esta contraposición entre un material noble que adopta un orden clásico y un material popular que dialoga con las piezas de su entorno. La estructura de hormigón “in situ” queda relegada a un primer plano constituyendo así la fachada principal. De esta manera, en el interior se genera una planta diáfana totalmente libre de pilares junto a un núcleo central de comunicación vertical que articula el acceso a las tres viviendas que se disponen por planta.

En la fachada poniente las dos pieles se separan para crear una galería porticada que filtra la radiación solar y genera un umbráculo frente a la vivienda. En las épocas cálidas los usuarios de estas viviendas pueden beneficiarse por lo tanto de una temperatura agradable en su interior, así como un espacio exterior con capacidad de sombra al aire libre.

En su apuesta por la sostenibilidad, el edificio está equipado con diferentes fuentes de energías renovables que reducen el consumo de electricidad, gas y agua. Además de la producción de energía mediante un sistema de aerotermia, el edificio dispone de fuentes de calor alternativas como calderas de biomasa y un sistema radiante de baja temperatura para los escasos meses de frío.

Debido a la escasez de solares y la pendiente pronunciada del barrio de Nou Barris, no se había apostado por pisos amplios con ascensor. Atendiendo a estas circunstancias, todas las viviendas son accesibles y en planta baja se cuenta con una vivienda totalmente accesible y adaptada.