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2019-2021

Arquitectos

David Tapias Monne, Alex Gallego Urbano, Gerard Puig Freixas y Jordi Adell Roig

Fotografías

José Hevia

Fin de obra

2021

Fabricante

Instituto Badia i Margarit. Igualada

Este edificio es resultado de un concurso público para dar respuesta a las necesidades de crecimiento de la escuela Gabriel Castellà i Raich, en Igualada. La escuela debía ampliar su sección de bachillerato, y también era necesario reparar su gimnasio y algunas aulas.

El único espacio disponible era una franja de tierra, delgada y alargada en dirección norte-sur, paralela a la riera de Òdena de debajo. Hay una fuerte pendiente entre ellas. Este solar es adyacente al gimnasio, pero estaba aislado del resto de la escuela, que tiene una estructura de hormigón in situ, con paredes de ladrillo recubiertas en algunas partes con baldosas verdes.

La pregunta que el proyecto debía responder pues era cómo construir un nuevo edificio lo más largo y estrecho posible, para liberar el máximo espacio para el patio infantil, y que se relacionara de manera eficiente con la escuela existente y su entorno.

¿Cómo conectar los nuevos y antiguos edificios mientras ofrecemos una orientación óptima al nuevo edificio? También hay un antiguo camino que sube de la riera, que propusimos mantener, para conectar la ciudad con ese cauce, un lugar muy popular para ir de paseo.

La primera decisión fue disponer este prisma tangente a la plaza pública a poniente para que libere al máximo de parque infantil a levante. La regularidad geométrica y la forma ortogonal del nuevo volumen facilitan una estructura de hormigón de fácil prefabricación, hecha a tan sólo 70 kms. del emplazamiento. Los muros de diferentes piezas cerámicas nos permiten construir membranas con diversas porosidades adaptadas a la orientación particular y necesidades del programa interior, desde fachadas ventiladas hasta celosías. Dentro de este cuerpo compacto, dos patios aportan una mejor orientación solar de las aulas. Estas membranas cerámicas y patios convierten una orientación problemática a levante y poniente, en una relación más óptima con el sur y el norte. Una estructura ligera de acero conecta el nuevo instituto, el gimnasio reformado y la antigua escuela en la primera planta. Debajo, un porche genera un nuevo acceso a estos espacios de aprendizaje. En lugar de adosar el nuevo edificio a la escuela existente, éste se separa, haciendo espacio y generando un cobijo que da la bienvenida al centro.

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Ladrillo no residencial

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Igualaland

Arquitectos

David Tapias Monne, Alex Gallego Urbano, Gerard Puig Freixas y Jordi Adell Roig

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José Hevia

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2021

Fabricante

Instituto Badia i Margarit. Igualada

Este edificio es resultado de un concurso público para dar respuesta a las necesidades de crecimiento de la escuela Gabriel Castellà i Raich, en Igualada. La escuela debía ampliar su sección de bachillerato, y también era necesario reparar su gimnasio y algunas aulas.

El único espacio disponible era una franja de tierra, delgada y alargada en dirección norte-sur, paralela a la riera de Òdena de debajo. Hay una fuerte pendiente entre ellas. Este solar es adyacente al gimnasio, pero estaba aislado del resto de la escuela, que tiene una estructura de hormigón in situ, con paredes de ladrillo recubiertas en algunas partes con baldosas verdes.

La pregunta que el proyecto debía responder pues era cómo construir un nuevo edificio lo más largo y estrecho posible, para liberar el máximo espacio para el patio infantil, y que se relacionara de manera eficiente con la escuela existente y su entorno.

¿Cómo conectar los nuevos y antiguos edificios mientras ofrecemos una orientación óptima al nuevo edificio? También hay un antiguo camino que sube de la riera, que propusimos mantener, para conectar la ciudad con ese cauce, un lugar muy popular para ir de paseo.

La primera decisión fue disponer este prisma tangente a la plaza pública a poniente para que libere al máximo de parque infantil a levante. La regularidad geométrica y la forma ortogonal del nuevo volumen facilitan una estructura de hormigón de fácil prefabricación, hecha a tan sólo 70 kms. del emplazamiento. Los muros de diferentes piezas cerámicas nos permiten construir membranas con diversas porosidades adaptadas a la orientación particular y necesidades del programa interior, desde fachadas ventiladas hasta celosías. Dentro de este cuerpo compacto, dos patios aportan una mejor orientación solar de las aulas. Estas membranas cerámicas y patios convierten una orientación problemática a levante y poniente, en una relación más óptima con el sur y el norte. Una estructura ligera de acero conecta el nuevo instituto, el gimnasio reformado y la antigua escuela en la primera planta. Debajo, un porche genera un nuevo acceso a estos espacios de aprendizaje. En lugar de adosar el nuevo edificio a la escuela existente, éste se separa, haciendo espacio y generando un cobijo que da la bienvenida al centro.

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