Arquitectos
David Robles Pedraza y Arantxa Senosiain Armillas
Fotografías
David Robles Pedraza y Arantxa Senosiain Armillas
Fin de obra
2021
Fabricante
Situada en la zona este de Extremadura, el proyecto nace a raíz del deseo de una familia por volver al pueblo de su infancia y disfrutar de la vida en el campo. La dehesa extremeña, con sus colores tierra y el azul intenso de sus cielos configuran el paisaje de los alrededores del municipio donde se emplaza la vivienda.
La máxima se basa en la sostenibilidad, combinando los materiales tradicionales y estructurantes de la arquitectura popular del lugar con nuevas estrategias técnicas, de diseño y confort, que potencian el diálogo con el entorno en sus diferentes escalas.
Se dota a la vivienda de un lenguaje de armonía con el paisaje rural urbano de la zona, uniendo tradición e innovación. A su vez, la existencia de una uniformidad material en el tratamiento de la piel exterior y en la configuración del equipamiento interior de la vivienda, potencian la versatilidad del ladrillo como material principal del proyecto.
Los diferentes espacios de la casa se desarrollan en tres plantas: sótano, baja y primera, estando articulados alrededor de un patio, figura de referencia en la arquitectura vernácula, para mejorar la ventilación, garantizar un mejor acondicionamiento y aumentar a su vez, la percepción de luminosidad y perspectiva en el interior de la vivienda.
La estrategia organizativa de los programas servidores y de los elementos de comunicación ordenan cada una de las plantas, consiguiéndose así, espacios vivideros con diferentes cualidades en función de su posición. La planta baja contiene los lugares de día, desarrollándose salas más abiertas y polivalentes para su uso en familia, mientras que en la planta superior se encuentran las estancias más privadas, consiguiendo independencia y flexibilidad en la configuración espacial resultante. Por otra parte, la planta sótano alberga la bodega, un recipiente de hormigón concebido como un espacio libre, tenue y silencioso.
Al exterior, la casa se funde con los edificios de su alrededor gracias a una piel de fachada que adquiere un tono similar al del entorno. El retranqueo de las hiladas de ladrillo compone un lienzo de líneas horizontales y otorga una textura vibrante según la luz del día. El volumen rotundo delimitado por sus fachadas queda aligerado por el diseño estriado de las mismas, generando líneas de sombra que aportan movimiento y sensibilidad.
Finalmente, el resultado muestra una arquitectura adaptada a su medio, a su tiempo y a sus habitantes.